martes, 11 de febrero de 2014

UN AÑO.


Como ya he manifestado en alguna ocasión, este no pretende ser un blog personal, es un espacio de promoción que, como es lógico, permanece abierto mientras tengo algo que vender.  Este febrero, Nela cumple su primer aniversario, el plazo que me marqué para impulsar de manera activa este proyecto. Por eso, salvo sorpresa (alguna noticia destacable), este será el último post largo que publicaré sobre este libro.
Me gustaría reflexionar aquí sobre algunos factores , sobre todo externos, que han influido en el rumbo de Nela. Información objetiva mezclada con opinión (la mía), que he desglosado en 6 puntos para facilitar la digestión,

                                       

1. EDITORIAL: 

Ya lo he comentado en alguna ocasión, estoy muy contento con el trabajo que ha desarrollado Astiberri con este libro: producción, promoción, distribución y venta de derechos.

Producción: ediciones de calidad a un precio más que competitivo. Además tienen a Manuel Bartual diseñando y maquetando, lo cual garantiza un buen empaquetado. Son claros a la hora de negociar y hasta donde sé, se rigen exclusivamente por datos objetivos (ventas) a la hora de estipular porcentajes, tiradas y adelantos. No todas las editoriales lo hacen, y lo digo por experiencia, es triste descubrir que un autor con ventas similares ha cobrado el cuádruple porque al editor le gusta más su trabajo. Criterios subjetivos cuando el único valor objetivo es que a ambos os ha costado un tiempo/esfuerzo parecido sacar vuestros proyectos adelante.

Promoción: Se han movido mucho, la difusión de mi trabajo ha llegado por primera vez a medios generalistas y nacionales como El País, Radio 3, RTVE.es, elconfidencial.com, eldiario.es, El Mundo... fue uno de los motivos por les escogí, y han cumplido con creces. Otra cosa es que creo que desde los medios  se debe hacer un esfuerzo económico y dar más cancha a los tebeos. Sólo tienen que verlo como una inversión a largo plazo: si florece una industria, tendrán otro cliente potencial al que vender espacio publicitario.

Distribución: Los libros llegan sin problemas a todas las librerías, no sólo especializadas.

Venta de derechos: Creo que es la editorial que mejor trabaja la venta de derechos en el extranjero, moviéndose por ferias y salones como Angouleme, Frankfurt ect... cada cierto tiempo recibo un informe sobre cómo le ha ido a Nela por Europa. Este es un producto difícil; una adaptación de una novelita "poco relevante"del S.XIX, escrita por un autor cuasi-desconocido en el exterior. A algunas editoriales les ha picado la curiosidad, pero aún no se atreven y otras directamente la descartan por ser, literalmente, "un producto demasiado español". Entendiendo como handicap lo que debería ser un factor diferencial positivo. Tampoco el blanco/negro y mi estilo de dibujo ayudan demasiado... creo que mi trabajo depende de la lectura, de consumir el todo (lo que considero una virtud), pero de primeras no acosa el ojo del comprador potencial. Estoy seguro de que la editorial lo seguirá intentando, ojalá haya más suerte.

Antes de  cerrar este capítulo me gustaría mostrar, una vez más, mi agradecimiento a todo el equipo: Laureano, Fernando, Héloïse y sobre todo a Javier, mi "conexión" con la editorial, que durante todo el proceso derrochó optimismo/energía.

2. PÚBLICO/CRÍTICA:

No soy, ni de lejos, un superventas. Probablemente sea tan ruinoso para una editorial apostar por mí, como lo es para mí apostar por los tebeos. Este año se cumplen diez años desde mi primera publicación (¡!) y aún no he conseguido vender la primera edición de ninguno de mis libros. Esto se traduce en que no hay mil personas interesadas en Final Feliz, Sordo y Sin título 2008-2011o que aún no se han vendido los 2000 de la primera edición de Nelaquizás mi trabajo más accesible y sin duda el mejor promocionado.
Tener pocos lectores tiene cierta lógica; como lector, es raro el superventas que me gusta. Además soy de los que piensan que las obras más interesantes en cualquier medio surgen cuando el autor trabaja de espaldas al público. La permeabilidad con el exterior es inevitable, pero al menos sí se puede evitar hacerlo de manera consciente, creo que los proyectos que mejor envejecen vienen de ahí. No pretendo ir de autor maldito, quiero mi público y cuanto más, mejor, pero he escogido el camino largo.
Aún creo en el trabajo, y con eso me refiero a lo que ocurre en la mesa de dibujo. Que el lector no me entienda mal, sé que la promoción es vital, y por eso soy todo lo pródigo que puedo: nunca digo no a una entrevista, he hecho presentaciones, charlas, sesiones de firmas y he montado una exposición. He estrechado la mano de Satán y aún tengo alguna actividad en la recámara relacionada con el fomento de la lectura en los centros educativos. También he actualizado regularmente el blog y me esfuerzo para que el material que subo tenga algo de interés más allá del autobombo. Doy la brasa vía facebook y twitter, cuidándome de no opinar cuando no tengo nada bonito que decir, como mandan los cánones. Pero tengo dos taras serias: vivo en una isla y me niego a estar conectado a red permanentemente.
Sobre lo primero; no aspiro a vivir de esto y lo que gano no cubre un viaje a la península. El pasado año, Astiberri costeó los billetes de avión Canarias/Barcelona para que asistiera al Salón de cómic, lo que me hizo sentir como una estrella del rock por momentos.
Sobre lo segundo; es obvio que estar conectado afecta a la concentración, por eso no tengo internet en el móvil e intento dedicarle a la red los "minutos de la basura", mientras trasteo en el estudio, al principio y al final de la jornada.


En cuanto a la crítica, soy afortunado y siempre han acogido mis tebeos, y este no ha sido una excepción. Si Sin título. 2008-20011 era un libro orientado hacia un sector del público específico (interesado en determinados procesos creativos), la vocación de Nela es universal. Ese salto motivó que en un principio temiera la reacción de la crítica, que tiende a ser benévola con los productos experimentales pero a veces recela de los autores que cambian de registro, sin embargo, la recepción ha superado mis espectativas.
Las críticas son muy importantes en mi trabajo,  es imposible cuantificar en qué medida influyen en mis ventas, pero estoy casi seguro de que suponen un porcentaje alto. Como he comentado antes, a muchos lectores les tira para atrás mi dibujo (claro, sobrio y funcional), pero a base de leer referencias positivas se animan a darle una oportunidad. Lo mío es el goteo.
Cada vez hay más gente escribiendo sobre tebeos, además el espacio en medios generalistas va en aumento, eso está muy bien, todo apoyo y difusión es poco. Eso sí, mentiría si no dijera que a veces tengo la sensación de que hay un exceso de entusiasmo a la hora de redactar los textos. Esta bien generar dinámicas positivas, pero usar superlativos de manera sistemática hace que pierdan significado; "imprescindible, indispensable, espectacular, abrumador, increíble, barbaridad gráfica (¿?)"... en fin, ya sabéis, de IMPEPINABLE para arriba, es el pan nuestro de cada día. El problema es que cuando venga el lobo (el impepinable de verdad), nadie creerá a Pedro.

                                        

También hay unos cuantos lugares comunes que han pervertido su significado por desgaste. Un ejemplo claro es la frase "funciona como un reloj". Entiendo que esta afirmación se refiere  a una historieta que cuenta con una estructura sólida no lineal, donde es imposible tocar nada porque te cargas la maquinaria; la diferencia entre un cubito de hielo y un charquito de agua. Si al leer un tebeo te da la sensación de que se podía haber contado en la mitad de páginas (¡dónde hay lomo, hay alegría!) o peor,  que duplicando sus páginas el resultado hubiera sido exactamente el mismo (suele ocurrir en historias corales), calificarlo como "funciona como un reloj" es confundir reloj con metrónomo, el chisme encargado de marcar un compás lineal (de ahí vendrá la confusión, hay ritmo) hasta el infinito y más allá.
Como autor, sé que la política más inteligente es no opinar, y menos para tocar el único palo que me es favorable. No pretendo inmolarme, ni ir de francotirador o salvapatrias, pero insisto en que mesurar y cuidar los textos es bueno para todos, dará prestigio al crítico y los lectores partirán de espectativas algo más terrenales.

3. ENTIDADES PÚBLICAS:
        
                                 

Había redactado un texto enorme en este apartado, donde explicaba detalladamente el trato que ha recibido el proyecto por parte de las entidades encargadas de promover la cultura en Gran Canaria. El problema es que cada lectura lo hacía más cutre y tú, fiel lector, no mereces tragarte algo así.
Así que resumiendo, digamos que entre ser invisible o que me falten, prefiero lo primero. No creo que sea nada personal, al contrario, es el producto de los típicos factores:
 -La habitual incompetencia en la gestión, donde sólo con trabajo no vas a ningún sitio.
-El desconocimiento y poco prestigio que sigue teniendo el cómic como medio serio en determinados círculos.
-Nadie es profeta en su tierra; cuesta valorar lo que tenemos en casa. Leyenda o no, cada vez tiene más sentido para mí la anécdota que muestra a un Galdós cabreado, que se sacude las botas antes de subir al barco que lo sacará de las islas porque no quería llevarse ni el polvo.


4. FUTURO

Acabemos en alto, ¡un poco de alegría.
Aparte de algún proyecto corto que me trae de cabeza, durante estos meses he ido encajando las piezas de lo que debería ser mi próximo tebeo. He escrito el guión utilizando un método nuevo para mí, y ha resultado ser un proceso sufrido/divertido, pero lo más importante; el resultado está aguantando la "prueba del cajón" (dejarlo en barbecho unos meses para comprobar en sucesivas lecturas si continúa  funcionando). Sobre el contenido poco o nada puedo contar, para variar, irá comercialmente a la contra, pero creo que la historia tiene lo necesario. Además supondrá enfrascarme en un tipo de trabajo que no he hecho antes, lo que casi garantiza que no me aburriré en el proceso, algo muy importante cuando convives más de dos años con cada proyecto.
Prometo intentar que se parezca más al reloj que al metrónomo.

                                  

Siempre que termino un libro tengo la sensación de que podría ser el último. No es un pensamiento pesimista, simplemente creo que cada autor tiene una línea de crecimiento, un determinado número de historias e ideas que aportar antes de empezar a dibujar el mismo proyecto con otro nombre. Seguir a partir de ese punto sólo tiene sentido si te da de comer, y no es el caso. Así que cuando surgen conceptos distintos para seguir dibujando estoy entre sorprendido e ilusionado, y eso es lo que necesito para seguir haciendo esto.

Nos seguimos leyendo.