lunes, 23 de mayo de 2011

Historia de una portada que terminó como contraportada.

    Desde mi punto de vista hacer una portada es la parte más divertida del libro, en realidad los aspectos finales del proceso de edición (diseño y maquetación) los disfruto bastante, aunque siempre te lleves alguna sorpresa cuando tienes el libro impreso en las manos.
De mis dos libros anteriores aprendí algo; de Final feliz (guionizado por Hernán Migoya) que nunca se debe hacer una portada blanca, y menos si no está plastificada, o no aguanta limpia un día de estantería. Del segundo, Sordo (guionizado por David Muñoz) aprendí que debes prestar mucha atención a los porcentajes de color, sobre todo al negro y que me gustaría aprender algo más sobre pre-impresión digital, para tener cierta certeza de que lo que veo en pantalla se parecerá a la impresión. En realidad si la imprenta te queda cerca de casa, lo suyo es ir a supervisar el proceso. No es mi caso, y como la "industria" no da para mucho más solo resta dejarlo todo lo más cerrado posible y cruzar los dedos.



Desde un principio tuve claro que la portada de "Sin título. 2008-2011" vendría a ser algo así:




La portada sería una fotografía sobre la que pegaría dos post-it, uno con el título y otro con los créditos del autor. Es una imagen importante dentro de la historia (no vamos a revelar su significado) y acudí a mi amigo/fotógrafo Luis M. González Cruz para obtener la foto con la que empezar a trabajar:


 A partir de aquí venía lo más complicado, colocar los textos y hacer de esta imagen tan sobria una portada atractiva, que al verlo en la estantería de ganas de echarle un vistazo al interior. Hice como 35 versiones, subo las más dispares entre sí, pero digamos que ninguna me convencía.








 Ésta última es la que iba a ser la portada hasta la semana antes de enviar el libro a imprenta. La verdad es que quedé bastante contento con ella, es sobria y en una estántería rodeada de portadas dibujadas una fotografía destaca... Pero aún me parecía demasiado marciana, no estaba seguro de si al lector de cómic le interesaría o al contrario le tiraría para atrás... La editorial  nunca puso ninguna pega, pero me pudo la responsabilidad mercantil y diseñé otra portada mezclando los dos lenguajes que utilizo en el libro, dibujo y fotografía, pero eso es otra historia. Lo importante es que esta imagen terminó cerrando el libro en lugar de abriéndolo.



3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Lo de que la idea de "portada" que tenías sea lo que ahora cierra el libro sí que no me lo esperaba... sorprendida me dejas.... y con ganas de ver esa cubierta también... enhorabuena!

    ResponderEliminar
  3. Que conste que el autor no suprime entradas eh?
    Ya tienes la portada colgada Emma, lo de la foto da un poquillo de vergüenza pero cuando vaya enseñando lo del interior será la risión.

    ResponderEliminar